El mantenimiento de su sauna es esencial para su longevidad, seguridad y la calidad de su experiencia. Mientras que muchas guías se centran en el uso de la sauna, esta guía práctica y exhaustiva se centrará en el mantenimiento: desde la limpieza de las superficies de madera y la prevención del moho hasta la comprobación de los calefactores y la garantía de que todo funciona de forma segura. Tanto si tiene una sauna finlandesa tradicional de leña como una eléctrica (o incluso un modelo de infrarrojos), estos consejos de mantenimiento son válidos. Hemos reunido información para ayudar a los propietarios de saunas de toda Europa, desde el frío norte hasta el cálido sur, a mantener sus saunas en las mejores condiciones.
Después de cada uso: limpieza y secado rápidos
Después de cada sesión, una rápida limpieza de los asientos y las paredes elimina el sudor y la humedad, evitando las manchas y el moho.
Un poco de cuidado cada vez que utilice la sauna puede reducir significativamente el mantenimiento a largo plazo. Empiece por utilizar toallas en los asientos y el suelo durante la sesión de sauna, ya que absorben el sudor y protegen la madera de las manchas[1][2]. Cuando haya terminado, limpie los asientos, respaldos y paredes con un paño húmedo o un cepillo suave (guarde uno en la sauna para este fin). Frotar todas las superficies con agua tibia durante 30 a 60 segundos es suficiente para eliminar el sudor y la suciedad, y hacerlo siempre mantendrá la madera con un aspecto estupendo durante años[3].
Siguiente, secar la sauna. Deja la puerta (y todas las aberturas de ventilación) abiertas durante algún tiempo después de su uso para permitir la salida de la humedad.[4][5]. Si tiene alfombras de lamas, levántelas para que el aire pueda circular por debajo.[6]. El calor residual de las piedras y la madera ayudará a secar completamente el interior. En una sauna de leña, puedes dejar que el fuego se apague con la puerta entreabierta; en una sauna eléctrica, puedes dejar el calentador encendido unos minutos más (o simplemente confiar en el calor residual) para asegurarte de que todo se seca. No deje nunca toallas o esterillas mojadas en la sauna. - cuélgalos para que se sequen en otro lugar para evitar el moho[7]. Estos sencillos hábitos después del uso -limpiar las superficies, retirar los tejidos mojados y ventilar la habitación- contribuyen en gran medida a evitar el moho y los daños.
Limpieza rutinaria y cuidado de la madera
Incluso con buenos hábitos después del uso, necesitará llevar a cabo una limpieza rutinaria en función de la frecuencia con la que utilice la sauna. Para una sauna de uso regular (varias veces por semana), se recomienda una limpieza mensual[8]. Para un uso menos frecuente, se recomienda realizar al menos una limpieza a fondo una o dos veces al año[9], con una limpieza ligera entre medias si es necesario.
Limpieza de las superficies de madera: Cuando llegue el momento de realizar una limpieza a fondo, comience siempre con la sauna enfriada y apagada (nunca intente limpiar mientras esté caliente)[10]. Retire todos los accesorios (cubos, termómetros, etc.) y, si es posible, las secciones desmontables del banco. Aspira o barre el suelo y entre las tablas del asiento para recoger el polvo, la suciedad y el pelo[11]. Utilice un cepillo suave para quitar el polvo de las paredes e incluso del techo; con el tiempo, la suciedad puede acumularse en todas las superficies[11].
Para lavar la madera, utilice agua caliente con un producto de limpieza suave. Lo ideal es elegir un limpiador específico para saunas o un detergente suave y no tóxico[12][13]. Los consejos tradicionales finlandeses recomiendan productos como Supi Saunapesu (un producto de limpieza para saunas) o una simple solución de agua y vinagre, ya que los limpiadores domésticos normales pueden ser demasiado débiles o contener ingredientes inadecuados para la madera de la sauna[13]. Evite el uso de productos químicos agresivos o desinfectantes en la madera de la sauna; en particular, no utilice lejía ni ningún producto de limpieza clorado de forma habitual. El cloro puede penetrar en la madera y liberar vapores tóxicos cuando se calienta la sauna[14]. (Excepción: se pueden utilizar pequeñas cantidades de lejía diluida para tratar las manchas de moho - más información al respecto más adelante). Evite también pintar, barnizar o sellar la madera interior: la madera de las saunas se deja sin tratar para que pueda respirar y soportar el calor y la humedad; las pinturas o barnices obstruyen los poros, lo que puede sobrecalentar la superficie e incluso liberar olores o vapores cuando se calienta[15]. Los únicos lugares en los que se puede aplicar un acabado para madera son los puntos de mayor desgaste, como las tablas del suelo o los tiradores de las puertas, donde un poliuretano o un sellador pueden facilitar la limpieza[16], pero para el resto de superficies, mantenga el acabado natural de la madera.
Cuando friegues bancos o paredes de madera, utiliza un cepillo suave o una esponja y limpia siguiendo la veta de la madera para evitar arañazos[17]. En las superficies verticales, se suele recomendar fregar de abajo hacia arriba, para evitar que la suciedad gotee en las zonas que ya se han limpiado[18]. Después de frotar suavemente todas las superficies con la solución limpiadora, aclare la madera con agua limpia (el agua fría ayuda a cerrar los poros de la madera después de la limpieza)[19]. Si su sauna tiene un desagüe en el suelo, recuerde lavarlo y limpiarlo durante este proceso para que no se obstruya con residuos[20]. Tras el lavado, ventila y seca bien la sauna: deja la puerta abierta y, si es una sauna eléctrica, puedes encender el calefactor a baja temperatura durante 15 o 30 minutos para facilitar el secado[21]. En una sauna de madera, puedes encender un pequeño fuego o simplemente asegurar una buena circulación del aire en un día caluroso con poca humedad. Lo importante es garantizar que se evapore toda la humedad.
Manchas rebeldes y renovación de la madera: con el tiempo, los bancos de madera pueden desarrollar manchas oscuras debidas a los aceites o simplemente al desgaste normal. Un lijado ligero es una forma excelente de renovar la madera de la sauna. Utilice una lija de grano fino para lijar las zonas manchadas o ásperas (suele bastar con lijar a mano). Esto elimina una capa muy fina de madera, llevándose consigo las manchas y dejando al descubierto la madera nueva que hay debajo. Los expertos en saunas sugieren lijar ligeramente los bancos aproximadamente una vez al año para mantenerlos lisos y limpios[22]. Después de lijar, no olvide barrer o aspirar todo el polvo[23]. Puedes dejar la madera lijada tal cual o aplicar un aceite o conservante especial para madera de sauna. En Finlandia, es habitual tratar la madera limpia de las saunas con productos como el aceite de parafina o la cera para saunas, que están diseñados para las temperaturas de las saunas[24][25]. Estos conservantes transpirables penetran en la madera sin sellarla, añadiendo una capa repelente de la humedad y la suciedad que facilita la limpieza futura[26][25]. Por ejemplo, se puede aplicar una cera para madera de sauna a los paneles de paredes y techos para protegerlos de la humedad y el moho (suelen contener fungicidas suaves), y se puede utilizar un aceite para asientos independiente (como Supi Laudesuoja de Tikkurila) en los asientos para repeler la suciedad[25]. Aplique siempre estos aceites o ceras en una capa fina y uniforme a lo largo del eje y limpie el exceso. No utilice nunca pinturas normales ni barnices de poliuretano en las paredes o bancos de la sauna[25]; si desea tratar la madera, utilice productos específicos para saunas.
Si limpia y cuida la madera con regularidad, evitará que se deteriore. Recuerde que la madera de la sauna envejece de forma natural: con el tiempo y el calor, puede oscurecerse ligeramente o pueden aparecer grietas finas debido a los cambios extremos de temperatura...[27]. Esto es normal y no plantea ningún problema estructural, sobre todo si se evita que la madera se seque en exceso (de ahí la ventaja de los aceites para saunas) y se evita derramar agua sobre las paredes o el techo. En definitiva, la madera bien cuidada no sólo dura más, sino que también permanece higiénico y sin oloresLa sauna mejora con cada sesión.
Evita el moho y los olores
Las saunas son ambientes húmedos, por lo que sin los cuidados adecuados pueden desarrollar moho, hongos u olores desagradables. Prevenir es mucho más fácil que limpiar, así que adopte estrategias para mantener su sauna limpia y seca.
La ventilación es la clave: asegúrese de que la sauna tiene un caudal de aire adecuado. Normalmente, una sauna debe tener una abertura de entrada de aire cerca del suelo (a menudo debajo del calentador) y una abertura de salida de aire más arriba, normalmente en la pared opuesta, cerca del techo[28]. Estas aberturas favorecen un ligero intercambio de aire, incluso cuando la sauna está en uso y, lo que es más importante, ayudan a secar la sauna después de su uso. Asegúrese de que las rejillas de ventilación no estén obstruidas y estén limpias: compruebe periódicamente que no tengan acumulaciones de polvo o suciedad y límpielas si es necesario[29]. En el caso de saunas exteriores o salas de sauna que tienden a humedecerse, considere la posibilidad de dejar la rejilla de ventilación abierta después de la sesión o incluso de utilizar un pequeño ventilador para hacer circular el aire después de utilizar la sauna[29]. Una buena ventilación y un periodo de secado entre usos evitarán la aparición de moho en las superficies de madera[30].
Séquelo todo bien: como se ha mencionado anteriormente, después de cada uso de la sauna, debe secar la habitación dejando la puerta abierta y/o encendiendo el calefactor durante unos minutos. El objetivo es evitar la humedad residual. Limpia cualquier charco (por ejemplo, si salpica agua en el suelo) y asegúrate de que los asientos estén secos. Es una buena práctica levantar las esterillas o tablas extraíbles para que el suelo pueda secarse al aire desde todos los lados[6]. Muchos propietarios de saunas en Finlandia incluso limpian el exceso de agua y luego calientan la sauna durante unos minutos con la puerta cerrada y la ventilación abierta, para "hornearla" y secarla. No guarde nunca objetos mojados en la sauna: además de atraer el moho, una toalla mojada en un entorno cerrado y caliente puede generar bacterias y malos olores. (Y como nota de seguridad, no utilice la sauna como secadora: colgar ropa mojada en una sauna supone un riesgo de incendio si alguien la enciende accidentalmente[31]).
Comprobación periódica del moho: Inspeccione la sauna de vez en cuando, especialmente en los rincones ocultos. Los primeros signos de moho suelen aparecer debajo de los asientos, en las esquinas o alrededor de las tablas del suelo, donde puede acumularse agua o la ventilación es deficiente[30]. Si encuentra manchas oscuras o un olor a moho, trátelo inmediatamente. Para el moho leve, puede funcionar una solución de agua templada con detergente neutro o vinagre: frota la madera afectada con un cepillo suave, aclara y seca. Para moho o algas más intensos, puede ser necesario un método más fuerte. Un remedio tradicional es una solución de lejía diluida (por ejemplo, unos 400 ml de lejía en un litro de agua) aplicada con cuidado sobre la zona enmohecida[32]. Frote la zona con esta solución, aclárela a fondo con agua limpia y seque la sauna por completo (enciéndala a máxima potencia con las rejillas de ventilación abiertas durante un rato) para asegurarse de que la lejía no queda atrapada en la madera[32]. Utilice siempre lejía con moderación y con buena ventilación, ya que no querrá que el olor a cloro perdure. Como alternativa, existen limpiadores comerciales para saunas con ingredientes fungicidas inocuos para la madera, que pueden utilizarse según las instrucciones para eliminar el moho. Después de limpiar el moho, es aconsejable lijar ligeramente la zona una vez que se haya secado (el moho puede dejar manchas) y, a continuación, tratar la madera con un aceite o cera para madera de sauna que contenga inhibidores del moho[25]. 25] Esto ayudará a prevenir su reaparición.
Para que tu sauna siga oliendo a fresco, recuerda lo básico: dúchate antes de ir a la sauna (menos suciedad y sudor en la sauna significa menos olor)[33], utiliza toallas limpias para sentarte y airea la sauna después de cada uso. De vez en cuando, puedes limpiar las superficies con una solución de bicarbonato sódico y agua o dejar un plato con bicarbonato sódico en la sauna cuando no se utilice: el bicarbonato puede absorber los olores. Algunos propietarios de saunas también calientan la sauna y luego la ventilan como forma de "reactivar" el olor si está estancado (el calor puede expulsar los olores de la madera y luego el aire fresco los elimina). La buena noticia es que una sauna seca es un entorno hostil para el moho. De hecho, el uso frecuente de la sauna puede ayudar a mantenerla libre de moho: el calor elevado seca la madera con regularidad, impidiendo que el moho se arraigue[34]. Por lo tanto, el uso constante combinado con un secado diligente es un repelente natural contra el moho.
Mantenimiento del calentador y las piedras de la sauna
El calentador es el corazón de su sauna, especialmente en las saunas finlandesas tradicionales. Tanto si tiene un calefactor eléctrico con piedras de sauna como uno de leña, prestarle un poco de atención le garantizará seguridad y un rendimiento óptimo.
Seguridad general ante todo: Desconecte siempre la corriente de una estufa eléctrica antes de repararla y deje que se enfríe. En el caso de las cocinas de leña, asegúrate de que el fuego está apagado y de que todo está frío antes de manipular cenizas o piedras.
Calefactores eléctricos para saunas: suelen requerir poco mantenimiento, aparte de la limpieza y el cuidado de las piedras. De vez en cuando (aproximadamente una vez al mes en caso de uso intensivo, o al menos un par de veces al año), pase la aspiradora o un paño por el calefactor para eliminar cualquier pelusa, polvo o residuo que pueda haber caído sobre él[35]. Preste especial atención a las zonas alrededor de los elementos calefactores y en la parte inferior de la estufa, donde puede acumularse polvo. Asegúrate de que las entradas de aire del calefactor no estén obstruidas, ya que los atascos pueden provocar un sobrecalentamiento. También es buena idea comprobar las conexiones eléctricas (si estás cualificado para hacerlo o pídelo a un electricista durante el mantenimiento anual) y probar los controles y el termostato periódicamente para asegurarte de que los sensores de temperatura y los temporizadores funcionan correctamente[36]. Los calefactores eléctricos modernos son bastante robustos, pero cualquier signo de mal funcionamiento -como que no alcancen la temperatura programada, que se disparen los disyuntores o que desprendan olores extraños- debe ser inspeccionado inmediatamente por un profesional.
Cocinas de sauna de leña: requieren un mantenimiento adicional debido a la combustión. Vacíe el cenicero y el horno con regularidad, preferiblemente después de cada uso (cuando las cenizas estén completamente frías) o al menos después de unas cuantas sesiones. Una capa de ceniza que se acumula puede absorber la humedad y causar corrosión en el hornillo, y el exceso de ceniza puede bloquear el flujo de aire para el siguiente hornillo. Utilice una pala metálica y un cubo para retirar la ceniza de forma segura. Compruebe también si hay hollín o creosota en el interior de la cocina y en la chimenea. Especialmente si quema madera resinosa o utiliza la sauna con frecuencia, el hollín puede acumularse en el conducto de humos. El exceso de creosota supone un riesgo de incendio. Se recomienda inspeccionar y limpiar la chimenea al menos una vez al año (más si observa mucha acumulación); puede utilizar un cepillo para chimeneas o contratar a un deshollinador profesional. Asegúrate de que el casquillo de la chimenea está colocado para evitar que entre agua de lluvia y de que las rejillas antichispas no están obstruidas. De paso, inspeccione la puerta y las juntas de la cocina: si su cocina de leña tiene puerta de cristal, manténgala limpia (el hollín puede eliminarse con un periódico húmedo o un limpiacristales especial cuando esté fría); si tiene una junta de goma alrededor de la puerta, asegúrese de que está intacta para que la cocina aspire el aire correctamente. Examina el cuerpo metálico en busca de signos de óxido o grietas; la pintura resistente al calor puede retocar las manchas externas de óxido para evitar una mayor corrosión. Asegúrate también de que los protectores térmicos (si los hay) que rodean la cocina están bien fijados y tienen la distancia adecuada con las paredes; esto es más una cuestión de instalación, pero merece la pena comprobarlo con el tiempo por seguridad.
Piedras de sauna (para estufas eléctricas y de leña): las piedras de la estufa son esenciales para retener y dispersar el calor uniformemente. Con el tiempo, estas piedras de sauna pueden agrietarse, desintegrarse o llenarse de polvo debido al calor. Es importante comprobar su estado al menos una vez al año[37]. Los signos de problemas incluyen: producción de vapor más débil (löyly), tiempos de calentamiento más largos o encontrar arena/granos en la base del calentador - esto indica que las piedras se están desintegrando[38]. Para inspeccionarlas, primero apague y deje enfriar el calentador. A continuación, saque las piedras a un cubo y busque las que estén agrietadas, desmenuzadas o sean mucho más pequeñas de lo que eran. Deseche las piedras dañadas y aspire también el polvo de piedra que haya dentro de la carcasa del calentador[39]. Esto es vital porque, en los calefactores eléctricos, los fragmentos de piedra desintegrados pueden bloquear el flujo de aire del elemento calefactor, provocando el sobrecalentamiento de los elementos[40]. De hecho, utilizar un calefactor con piedras muy desintegradas puede suponer un riesgo de incendio o hacer que se quemen los elementos calefactores[41]. En las estufas de leña, las piedras suelen desgastarse un poco más uniformemente, pero aun así, las piedras más cercanas a la llama pueden romperse más rápidamente[42].
Sustituya las piedras desechadas por otras nuevas adecuadas para saunas: utilice sólo piedras recomendadas para saunas (normalmente rocas ígneas como peridotita u olivino-diabasa)[43]. Nunca las sustituya por piedras de jardinería o piedras de río, ya que pueden explotar al calentarse. Antes de sustituir las piedras, enjuaga las que estén en buen estado para eliminar el polvo[44]. A continuación, apila las piedras sin apretar alrededor de los elementos calefactores o dentro de la olla de nuevo, dependiendo del diseño. La idea es dejar espacios para que el aire circule entre las piedras[44]. No las apiles demasiado alto o la estufa tendrá problemas para respirar. Asimismo, evite apilar piedras por encima del nivel recomendado: la norma suele ser cubrir completamente los elementos calefactores, pero sin desbordarlos. Una vez al año es una pauta para el mantenimiento de las piedras; si utiliza la sauna muy a menudo (a diario, por ejemplo), considere la posibilidad de revisar las piedras más a menudo y, por otro lado , si utiliza la sauna raramente, las piedras pueden durar muchos años. Sólo tiene que estar atento a estos signos (piezas quebradizas o menor rendimiento) como indicación para tomar medidas.
Mantenimiento de la sauna de infrarrojos: Si su sauna es un modelo de infrarrojos o tiene paneles de infrarrojos, el mantenimiento es un poco diferente. No hay que preocuparse por las piedras ni por la humedad elevada, pero debe mantener limpios los paneles de calefacción por infrarrojos pasándoles (cuando estén fríos) un paño suave ligeramente humedecido para eliminar el polvo. Asegúrate de que las conexiones eléctricas de cada panel siguen siendo seguras y comprueba que cada panel de infrarrojos funciona (emite calor uniformemente)[45]; si un panel falla, sustitúyelo siguiendo las instrucciones del fabricante. Los calefactores de infrarrojos suelen durar mucho tiempo, pero es aconsejable revisar anualmente el cableado expuesto o el sistema de control para detectar posibles problemas.
En todos los casos, vigile cualquier cosa inusual cuando utilice el calefactor. Los ruidos extraños, el olor a quemado o la activación de los dispositivos de seguridad deben investigarse inmediatamente. Si mantiene el calentador y las piedras en buen estado, la sauna se calentará de forma eficaz y segura, proporcionando el calor suave y el vapor (en las saunas tradicionales) que hacen que la experiencia sea tan agradable.[46].
Cuidado de los accesorios de la sauna
Su sauna no es sólo paredes y un calefactor: incluye bancos, puertas, rejillas de ventilación y accesorios que también se benefician del mantenimiento:
- Asientos y respaldos: soportan el peso de los usuarios y están sometidos a constantes ciclos de calentamiento y enfriamiento. Inspeccione los asientos con regularidad en busca de signos de desgaste o fragilidad. Busca grietas en la madera o cualquier bamboleo en las juntas. Al menos una vez al año, comprueba los tornillos o fijaciones que mantienen unidos los asientos y los soportes[47]. La madera puede dilatarse y contraerse con el calor, lo que puede aflojar los herrajes con el tiempo. Aprieta los tornillos o tuercas sueltos para mantener los asientos firmes y sin chirridos[47]. Si una tabla del asiento empieza a agrietarse o astillarse, líjala o sustitúyela si es necesario para evitar lesiones (sentarse sobre una astilla no es divertido). Además, como ya se ha mencionado, lijar y tratar los bancos con un aceite adecuado rejuvenecerá su aspecto y ayudará a repeler la humedad y la suciedad en el futuro.
- Mantenimiento de las puertas: Las puertas de las saunas, normalmente de madera y cristal, pueden desplazarse o hincharse ligeramente con la humedad. Si nota que la puerta de su sauna se atasca o le cuesta cerrarla, identifique dónde roza con el marco. Puede lijar un poco los puntos altos o los bordes para conseguir un ajuste más suave[48]. Si la puerta tiende a abrirse sola o no se cierra correctamente, compruebe la alineación del pestillo o la bisagra; a veces, ajustar la bisagra o añadir una arandela fina puede mejorar el cierre[49]. Apriete las bisagras sueltas de la puerta (si los tornillos están dañados en la madera, puede que tenga que utilizar tornillos o insertos un poco más grandes)[50]. Una puerta bien ajustada no sólo mantiene el calor durante su uso, sino que también se cierra herméticamente cuando no se utiliza (evitando que entren accidentalmente mascotas o niños y manteniendo limpio el interior). Si su puerta tiene una ventana, asegúrese de que el cristal está bien fijado en el marco y límpielo con un limpiacristales cuando sea necesario (sólo cuando la sauna esté fría).
- Ventiladores deslizantes: Muchas saunas tienen un ventilador deslizante de madera. Con el tiempo, pueden deformarse o los residuos pueden dificultar su deslizamiento. Si un ventilador se atasca, puedes apretar ligeramente los tornillos de fijación para darle más holgura o lijar ligeramente los bordes de la parte deslizante para reducir la fricción[51]. Asegúrate de que puedes abrir y cerrar los ventiladores con facilidad; si no es así, soluciona el problema para no descuidar la ventilación por culpa de un ventilador testarudo.
- Cubos, cazos y otros accesorios: Vacíe el cubo de agua después de cada sesión de sauna; no deje agua en él durante mucho tiempo, ya que puede favorecer la aparición de moho o incluso dañar la madera de un cubo de madera. Seque bien el cubo y el cazo (póngalos boca abajo para que escurran). Limpie el cubo y el cazo de la sauna con regularidad: un enjuague rápido y un paño serán suficientes la mayoría de los días, y de vez en cuando utilice agua jabonosa neutra para lavarlos y enjuagarlos a fondo[52]. Los cubos de madera pueden ser un poco más delicados, así que evite los productos químicos agresivos. Si tienes un cepillo o un estropajo de sauna (para la piel o para limpiar), mantenlos limpios y secos entre usos. Conviene comprobar la precisión de los termómetros e higrómetros (una lectura incorrecta puede provocar un sobrecalentamiento de la sauna o introducir demasiado vapor sin darse cuenta). Normalmente basta con quitarles el polvo; si se empañan o dejan de funcionar, sustitúyalos.
- Iluminación: si la sauna dispone de iluminación, asegúrese de que la bombilla o el LED son adecuados para altas temperaturas. Compruebe de vez en cuando la cubierta de la luz (normalmente una cúpula de cristal o plástico): limpie cualquier insecto muerto o polvo que haya en el interior (con la alimentación desconectada). Si la luz se funde, sustitúyela inmediatamente (normalmente necesitas bombillas adecuadas para saunas). Y asegúrate de que la junta de estanqueidad de la lámpara (por ejemplo, la junta que impide la entrada de vapor en los componentes eléctricos) sigue en buen estado.
- Suelo y desagües: Si el suelo de la sauna es de tablas de madera, límpialo de vez en cuando: levántalas y barre o friega el suelo. Si es de hormigón o baldosas, límpialo y comprueba que los desagües no estén obstruidos. Un sifón puede desprender olores si está seco, así que échale agua de vez en cuando (cuando la sauna no esté en uso) o asegúrate de que el agua del sifón no se haya evaporado.
- Textiles: Cabe destacar las toallas, albornoces y esterillas de sauna. Lávelos con regularidad y utilice detergentes sin perfume: el fuerte olor a detergente o suavizante puede perdurar en una sauna pequeña y caliente, y algunas personas son sensibles a él[53]. Utilizar tejidos antibacterianos o de secado rápido para los textiles de la sauna es una buena idea[7]. Si hay esterillas de tela en el suelo, asegúrate de que estén completamente secas después de usarlas (cuélgalas) y limpias de suciedad. Dada la elevada humedad, hay que tener cuidado con las esterillas de PVC o caucho: si entra agua por debajo, puede favorecer la aparición de moho invisible; son preferibles las esterillas de madera o simplemente de tejido transpirable.
Si presta atención a estos pequeños detalles, se asegurará de que todas las partes de su sauna sean seguras y cómodas. Un termómetro roto o un asiento inestable pueden no parecer críticos, pero reparar rápidamente estas pequeñas cosas significa que su sauna está siempre lista y es agradable de usar. Además, un buen mantenimiento de la puerta, la ventilación y los accesorios refuerza la longevidad general de la sauna.
Saunamo Cube de una instalación reciente en la azotea de un cliente
Consideraciones sobre las saunas de exterior
Si su sauna está al aire libre (una cabina de sauna independiente o una sauna de barril en su jardín, por ejemplo), hay que tener en cuenta algunos aspectos de mantenimiento adicionales. Las saunas de exterior están expuestas a la intemperie durante todo el año, por lo que, además del interior, es importante proteger y revisar la estructura exterior.
Las saunas al aire libre están expuestas al sol, la lluvia y las variaciones de temperatura, por lo que debe mantener la madera exterior y el techo para proteger su inversión.
Madera exterior y protección contra la intemperie: La mayoría de las saunas de exterior están fabricadas con madera duradera (cedro, abeto, pino, etc.) que puede soportar las condiciones exteriores, pero la radiación UV y la humedad seguirán envejeciendo con el tiempo. Para conservar el aspecto exterior, puede optar por teñir o aceitar la madera exterior. Esto es diferente del mantenimiento interior: puede pintar o barnizar el exterior de una sauna (con un barniz o pintura resistente a la intemperie) si lo desea, ya que no está calentando directamente esas superficies exteriores. Una opción popular es un barniz con protección UV, que reducirá el envejecimiento de la madera debido a la exposición al sol[54]. Utiliza siempre un barniz o aceite adecuado para exteriores y, a ser posible, que deje respirar a la madera (muchos tintes para madera de exterior son transpirables). Si prefieres que la madera envejezca de forma natural hasta adquirir un tono gris plateado (habitual en el cedro), tampoco pasa nada, pero debes asegurarte de que la madera esté limpia. Al menos una o dos veces al año, lave el exterior de la sauna para eliminar la suciedad, el polen o las algas. Puede utilizar simplemente una manguera de jardín o, si la suciedad es más resistente, puede utilizar una lavadora de alta presión en el ajuste bajo en las paredes exteriores[55]. Ten cuidado: la alta presión puede dañar la fibra de madera o el calafateado. Si ves signos de moho o algas en el exterior, frótalos con un cepillo y un limpiador suave para madera (igual que harías con una terraza). Mantener las paredes exteriores limpias y recubiertas (con pintura o aceite) evitará que se pudran y mantendrá la sauna en buen estado en su jardín.
Techo y cimientos: Revise periódicamente el techo de su sauna de exterior. Retire las hojas, agujas de pino o residuos que puedan acumularse, especialmente en los canalones (si los hay) o alrededor de las chimeneas. Asegúrese de que el material del tejado (tejas, metal, etc.) esté intacto: un tejado con goteras puede dejar entrar agua que estropee el interior de la sauna. En climas nevados, retira la nieve del tejado para reducir la presión sobre la estructura. En cuanto a los cimientos o la base, asegúrese de que el agua drena lejos de la sauna. Los charcos o un drenaje deficiente alrededor de la base pueden provocar que la humedad se filtre en los cimientos o en los troncos inferiores. Si la sauna se encuentra sobre una terraza o una acera, es conveniente echar un vistazo anual a la parte inferior para comprobar si hay exceso de humedad o actividad de insectos.
Chimenea y hornillo (para saunas de leña de exterior): Además del mantenimiento interno de la cocina mencionado anteriormente, la chimenea de una sauna de leña de exterior está totalmente expuesta y puede oxidarse o dañarse con el viento. Inspeccione el tubo de la chimenea en busca de óxido, especialmente en las juntas, y repíntelo con pintura resistente al calor si es necesario. Asegúrate de que el sombrerete de la chimenea está bien sujeto (las tormentas pueden aflojarlo). Además, ten cuidado con los árboles cercanos: mantén las ramas bien recortadas para evitar cualquier riesgo de incendio causado por chispas y para evitar que las ramas golpeen la chimenea o el tejado.
Prevención de plagas: una sauna de exterior puede resultar atractiva para los animales pequeños (fuera de temporada o cuando no se utiliza). Ratones, insectos o arañas pueden intentar convertirla en su hogar. Para evitarlo, mantenga la puerta cerrada cuando no la utilice y considere la posibilidad de utilizar rejillas de malla en todas las aberturas de ventilación (sin bloquear el flujo de aire) para mantener alejados a los roedores. El cedro y el calor repelen de forma natural a muchos insectos, pero si tiene problemas con avispas u hormigas en su zona, compruebe de vez en cuando si hay signos de infestación en las esquinas y debajo de los bancos. Coloca trampas o utiliza repelentes naturales si es necesario.
Impacto del clima (Europa meridional frente a Europa septentrional): Las saunas se pueden disfrutar en toda Europa, pero los distintos climas presentan desafíos diferentes. En el caluroso y soleado sur de Europa, el intenso sol puede secar y decolorar rápidamente la madera exterior; de ahí la importancia de un barniz con protección UV y de colocar la sauna en un lugar sombreado. El calor ambiental puede hacer que el interior de su sauna se seque más rápidamente (una ventaja para evitar el moho), pero también puede significar una mayor humedad ambiental en algunas zonas costeras: ventile siempre bien. Si vive en una región con agua dura, tenga cuidado al verter agua sobre las piedras; el agua dura puede dejar depósitos minerales (cal) en los elementos del calentador y en las piedras. Con el tiempo, esta cal puede reducir la eficacia del calentador. El uso de agua filtrada o blanda para la limpieza puede mitigar este problema. Si hay una acumulación de cal, un ácido suave como el vinagre puede ayudar a disolverla, o puede ser necesario lijarla, como se recomienda en algunas guías[56]. En los climas septentrionales más fríos, las principales preocupaciones son la congelación (no deje agua en cubos o tuberías que puedan congelarse y reventar) y asegurarse de que la sauna es resistente a la lluvia y la nieve. Además, los cambios drásticos de temperatura pueden hacer que la madera se contraiga/expanda más, así que vigile los tornillos y las juntas de los asientos para comprobar si están flojos.
Interior frente a exterior: si su sauna es de interior, no se preocupe por el clima, pero preste atención a la habitación en la que se encuentra; por ejemplo, una sauna de sótano debe tener una barrera de vapor y una ventilación adecuada al exterior para evitar daños por humedad en la casa. Muchos de los pasos de mantenimiento son similares (limpieza, secado, etc.), pero es posible que el exterior de una sauna de interior (normalmente los paneles) también deba limpiarse de vez en cuando. Y no guarde nunca pinturas, productos químicos u objetos encima de la estufa o la cocina de una sauna de interior: es fácil que una sauna de interior se convierta en un armario de almacenamiento cuando no se utiliza, lo que supone un riesgo para la seguridad.
Consejos especiales para propietarios de saunas en climas cálidos
Si vive en un clima mediterráneo cálido o en cualquier lugar del sur de Europa, aquí tiene algunos consejos adicionales para asegurarse de que su sauna siga siendo un placer y no una carga:
- Ventilación regular durante los periodos de inactividad: en climas cálidos, es posible que no utilice tanto la sauna durante los meses de verano. No la deje cerrada demasiado tiempo. De vez en cuando, abra la puerta y las rejillas de ventilación para ventilarla o incluso calentarla brevemente, sólo para eliminar la humedad que haya podido entrar. Así evitarás que se forme un olor a humedad en el interior.
- Protección solar: como ya se ha mencionado, el sol puede ser agresivo con la madera. Considere la posibilidad de colocar una sombra o cubierta para su sauna durante las horas más calurosas del día (incluso una vela solar desmontable o plantar un árbol cerca puede ayudar a protegerla). Esto también evitará que la sauna se sobrecaliente en su interior cuando no esté en uso. Algunos propietarios de saunas de barril en zonas soleadas incluso colocan una cubierta reflectante sobre la sauna cuando no se utiliza para reducir la exposición a los rayos UV; esto es opcional, pero puede ayudar a prolongar la vida útil del exterior.
- Compruebe si hay corrosión en los componentes metálicos: Cerca de las zonas costeras con aire salino, las piezas metálicas (bisagras, asas, tornillos e incluso la carcasa exterior del calentador si no es de acero inoxidable) pueden corroerse más rápidamente. Inspecciónelas periódicamente. Una ligera capa de aceite de máquina en las bisagras o la sustitución ocasional de los accesorios por otros equivalentes de acero inoxidable pueden evitar quebraderos de cabeza. Muchas saunas de calidad vienen con accesorios de acero inoxidable, pero vale la pena comprobarlo.
- Seguridad contra incendios en zonas secas: si utiliza una sauna de leña en una zona propensa a la sequía o a los incendios forestales, tenga mucho cuidado con las cenizas y las brasas. Utilice siempre un parachispas en la chimenea y deseche las cenizas en un recipiente metálico alejado de materiales combustibles. En algunos lugares, incluso puede estar regulado cuándo se puede utilizar fuego de leña: siga siempre las directrices locales.
Adaptándose al clima y a las condiciones locales, se asegurará de que su sauna se mantiene en las mejores condiciones. Tanto si soporta la nieve nórdica como el sol ibérico, una sauna bien mantenida le recompensará con décadas de relajación.
Conclusión
Una sauna es una inversión en bienestar y, como cualquier inversión, merece la pena cuidarla. Con un mantenimiento regular -limpieza de las superficies, secado después del uso, limpiezas a fondo periódicas y cuidado del calentador y las piedras- su sauna se mantendrá en buenas condiciones. seguro, limpio y agradable durante muchos años. Un mantenimiento adecuado no sólo prolonga la vida útil de su sauna, sino que también garantiza que cada baño de sauna sea tan refrescante e higiénico como debe ser...[57]. En el espíritu de la cultura finlandesa de la sauna, una sauna limpia y bien mantenida refleja respeto por la sauna y por quienes la utilizan. Siguiendo las pautas anteriores, evitará problemas comunes como olores a moho, madera deformada o calentadores defectuosos. En lugar de ello, tendrá una sauna siempre lista para proporcionarle el löyly y la relajación perfectos siempre que lo necesite.
¡Hyviä löylyjä! (¡Disfruta de tu sauna!)
Fuentes:
- Finnish Sauna Builders - "Consejos de mantenimiento de la sauna: pautas esenciales para su longevidad". Consejos prácticos sobre rutinas de limpieza, protección de la madera y mantenimiento de los calefactores[58][59].
- Finnleo Sauna - "Cuidado y mantenimiento de la sauna". Directrices oficiales de la empresa finlandesa de saunas que hacen hincapié en no tratar la madera interior, limpiarla rápidamente después de usarla y secarla correctamente[15][60].
- Martat (Sociedad Finlandesa del Hogar) - "Saunan pesu". Instrucciones de limpieza tradicionales finlandesas, que recomiendan fregar con agua templada, evitar los limpiadores con cloro y revisar las piedras de la sauna anualmente[61][62].
- My Sauna World - "Prolongue la vida de su sauna de exterior". Consejos centrados en las saunas de barril para exteriores, como el uso de toallas, soluciones de limpieza naturales, tratamiento del moho y cuidados exteriores como la protección contra los rayos UV[63][64].
- Thermory - "Consejos útiles para el cuidado y mantenimiento de la sauna". Consejos sobre el tratamiento de la madera de la sauna con conservantes transpirables, la limpieza suave (sin lavado a presión) y el apriete de los tornillos del banco para una mayor longevidad[26][25].
[1] [7] [12] [28] [ 29] [30] [35] [36] [45] [ 46] [52] [ 53] [57] [ 58] [59] Consejos para el mantenimiento de la sauna: pautas esenciales para su longevidad - Finnish Sauna Builders
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https://www.finnleo.com/sauna-maintenance
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https://www.martat.fi/kodinhoito/siivous/saunan-pesu/
[13] [23] [25] [26] [27 ] [47] Consejos útiles para el cuidado y mantenimiento de la sauna - Thermory
https://thermory.com/blog-and-news/useful-tips-for-sauna-care-and-maintenance/